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Terapia para qué...

Puedo solo, toda mi vida he padecido esto solo.

No sé que hacer, pero no creo que alguien me pueda ayudar.

Por qué nunca elijo bien, parece que la mala suerte y las malas personas me siguen.

No puedo contenerme y exploto facilmente, me duele maltratar a mi familia.

Si me gustaria hablar con alguien, pero ventilar mi vida privada a un extraño, no se...

No es común escuchar a alguien decir que está tomando terapia, suele ser una acción oculta por vergüenza o porque socialmente se relaciona a este hecho como quien tiene un problema grave o sin duda alguna, la frase tan socorrida “está loco”.

 

Si bien una terapia puede resolver problemas añejos de la infancia, trastornos adquiridos con el tiempo, relaciones de codependencia o no tener ni idea de qué hacer con la propia vida, esta también puede ser útil para tomar una decisión importante en la vida, adquirir más habilidades para socializar o manejar las emociones, superar una pérdida (humana, de estatus o material), para obtener estrategias para el cuidado, educación y desarrollo de nuestros hijos, etc.

 

Los motivos de consultar un terapeuta son tan variados como nuestra vida lo es, incluso es una muestra de madurez hacerse cargo de las necesidades propias y paralelamente de facilitar la convivencia de las personas con las que vivimos.

 

¿Debo permanentemente ir a terapia?

Definitivamente no, de ser así, en realidad no se están adquiriendo habilidades suficientes, solo se cambia la dependencia. Aunque puede haber diferentes temas por los que a lo largo de nuestra vida sea útil consultar a alguno.

 

¿Hay diferentes tipos de terapia?

Si lo hay, se llamar corrientes psicológicas y todas ellas buscan resolver con estrategias y marcos teóricos diferentes las mismas problemáticas. Dentro de las corrientes más populares y con cierto rigor científico están la Conductual, la Cognitiva, la Humanista, la Gestalt, la Racional, etc., el Psicoanálisis es una corriente muy popular aunque presenta algunas críticas en su rigor científico y el tiempo prolongado de su intervención pero que seguramente ha sido útil para muchos. Hay otras corrientes que suelen verse paralelas a la terapia psicológica como las Flores de Bach, terapia con imanes, etc., que van cobrando popularidad pero que no tienen ningún sustento científico y por esta razón no recomendable.

 

¿Cuánto debe durar una terapia?

No hay tiempos concretos para cada trastorno o situación, esto debido a que hay muchos factores que intervienen, como la misma persona, la constancia, la habilidad de psicólogo terapeuta, etc. Por experiencia hablar de hacer terapia por años ya puede ser “extraño” por decir lo menos, especialmente si casi no se ha adquirido ninguna habilidad. Por otro lado, un proceso terapéutico de dos semanas o tres sesiones tampoco parece adecuado. La regla clave se llama constancia. Hay personas que en  las primeras sesiones se sienten mejor y dejan de asistir, no se resolvió el problema, solo los síntomas. Hay otros que se retiran pronto porque no se ha resuelto el problema que consideraban fundamental, en ocasiones no es así y es necesario para resolver ese, atender otro u otros.

 

¿Cómo elegir a un buen terapeuta?

Suele este tema ser motivo de debates entre los especialistas. Yo enlistaré solo algunos elementos que considero fundamentales. Evidentemente el psicólogo clínico como cualquier otro profesionista puede estar o no preparado, lamentablemente el título no es suficiente.

  • Básicamente debemos asegurarnos que el especialista nos genere confianza, si no sentimos capacidad de decirle todo, eso ya puede ser una limitante en el proceso.

  • No se trata de que nos haga sentir bien, en ocasiones nos confrontará de tal manera que sea incómodo, pero sin ser violento o grosero. Sus preguntas nos generarán tal necesidad de reelaborar nuevo pensamiento que no será fácil evadir.

  • No es quien deba resolver el problema, nos ayudará a encontrar respuestas que muchas veces ya eran parte de nosotros. Evidentemente no es como platicar con un buen amigo, por muy amena o liberadora que sea la plática, un especialista sabe en qué  momento preguntar, sabe qué actividades pueden ayudar, sabe dónde debe hacer énfasis, sabe en qué momento soltar. Además tiene elementos teóricos que nos clarifican lo que sentimos, pensamos y hacemos, con ellos nos ofrece alternativas de solución a partir de nuestra propia elaboración terapéutica.

  • Sabe diagnosticar, generar una estrategia de intervención y planea las sesiones para que haya un proceso de recuperación o toma de decisiones.

 

Si tienes preguntas parecidas a estas, no dudes en ponerte en contacto, con gusto te ayudo a clarificarlas.

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